Qué es una patente, para qué sirve y por qué es importante para las empresas

Manos simulando la creación de Adam tocando una bombilla, representando que es una patente para las empresas

Muchas veces soñamos con tener esa “idea millonaria” que, literalmente, nos de muchas ganancias. Pero si eso ocurre, no solo basta con tenerla, sino que es necesario saber protegerla. Porque en el momento en el que algo funciona, es normal que otras personas quieran copiarlo (muchas veces sin permiso). Por eso es tan importante entender qué es una patente, ya que no es solo un trámite o un papel oficial. Sino que es la manera de decir “esto lo he creado yo, y solo yo decido qué se hace con ello”. Te explicamos más sobre qué son las patentes, para qué sirven y por qué son tan útiles e importantes para las empresas.

¿Qué son las patentes?

Una patente es básicamente un título de propiedad que otorga el derecho exclusivo para usar, fabricar o vender una invención. Con una patente se bloquea que otras personas o empresas copien o se aprovechen de esa idea sin autorización, y si alguien lo hace, se puede denunciar y reclamar, tal como explica la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

Con el registro de una patente se protege dicha invención durante 20 años desde la fecha de presentación de la solicitud (siempre que el titular pague las tasas anuales de mantenimiento). Pasado ese tiempo, la patente pasa a ser de dominio público para favorecer la I+D y el desarrollo tecnológico.

Al registrar una patente se asegura que el tiempo, esfuerzo y dinero invertidos en desarrollar cualquier idea se vea recompensado. Porque sí, cualquier proceso de creación o mejora cuesta, y si cualquiera puede copiar sin consecuencias, ¿De qué sirve esforzarse? Pero si patentamos un diseño, producto o idea, tenemos el control del mismo (ya sea como particular o empresa) y aseguramos que no acaba en manos ajenas sin permiso.

Qué se puede patentar: requisitos

Para conseguir una patente, eso sí, hay que cumplir con unos requisitos. No todo vale, y no todas las ideas tienen carácter de patentabilidad. Según la Ley 24/2015, de 24 de julio, para que una idea se pueda patentar tiene que cumplir con tres requisitos indispensables:

  • La invención debe ser completamente nueva | Es decir, no debe haber sido divulgada ni utilizada en ningún lugar del mundo antes de la fecha de presentación de la solicitud. Si la idea ya se conoce o se ha publicado, no se podrá patentar.
  • Que sea inventiva |La idea debe implicar un avance no evidente para una persona con conocimientos en la materia. Es decir, la solución que se presenta no debe ser algo obvio o derivado de lo ya existente.
  • Que tenga aplicación industrial |Tiene que poder aplicarse en algún tipo de industria o en un proceso productivo. No basta con que la idea sea interesante, también debe tener una utilidad práctica, es decir, debe poder fabricarse o utilizarse de manera efectiva en la industria.

En general, no se puede patentar una idea abstracta, pero cuanto más específico y completo sea la descripción del invento (incluyendo la descripción, las reivindicaciones y los requisitos ya mencionados), será mayor la posibilidad de que cumpla con los criterios y sea patentable.

¿Qué no se puede patentar?

Ahora que sabemos los requisitos que debe de tener una idea patentable, es importante saber qué no se puede patentar. Según la misma ley mencionada previamente, no se considerarán invenciones:

persona vista superior escribiendo computadora portátil espacio para obtención de patente
  • Descubrimientos, teorías científicas y métodos matemáticos |Por muy innovadores que sean, se consideran parte del conocimiento científico universal y no se les otorga exclusividad.
  • Obras literarias, artísticas o cualquier otra creación estética, así como las obras científicas |Estas se protegen mediante derechos de autor, y su finalidad es la expresión artística o literaria, no la aplicación técnica.
  • Planes, reglas y métodos para el ejercicio de actividades intelectuales, para juegos o para actividades económico-comerciales, así como los programas de ordenadores | Aunque pueden tener un valor comercial, se consideran conceptos abstractos y, por lo tanto, no cumplen con los requisitos de novedad y aplicabilidad.
  • Formas de presentar informaciones | La mera presentación no se considera una invención, ya que no aporta una solución técnica novedosa.

Además, la ley incluye en el artículo 5 un apartado de excepciones de patentabilidad donde establece que no se pueden patentar inventos que vayan contra el orden público o las buenas costumbres. Por ejemplo, no se patenta la clonación, ni la modificación de la identidad genética (si no aporta utilidad médica), ni las variedades vegetales, las razas animales o los procesos biológicos simples basados en cruces y selecciones, entre otras excepciones.

Tipos de patentes

Como es posible imaginar, existen varios tipos de patentes para proteger una invención. Principalmente se dividen por su naturaleza, por lo que protegen y por el ámbito territorial o el procedimiento que se siguen.

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Por su ámbito territorial o procedimiento de concesión

En cuanto al ámbito territorial, la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) considera los siguientes tipos de patentes:

  • Patente nacional. Como se puede intuir, sirve para proteger la invención en España. Cuando se presenta la solicitud, se da un informe que dice qué tan novedosa es la idea y si vale la pena patentarla. La solicitud se hace pública a los 18 meses, y si se quiere extender la protección a otros países, se tiene un plazo de 12 meses para presentar una solicitud europea, internacional o en otro país.
  • Patente europea. Se puede proteger la invención en todos los países que forman parte del convenio europeo, así como en otros países que tengan acuerdos de validación y extensión. Al igual que la nacional, se publica a los 18 meses y viene acompañada de un informe de búsqueda europeo y una opinión sobre la patentabilidad. Una vez concedida, para que la protección funcione en España (o en otro país) es necesario validar la patente presentando la traducción correspondiente.
  • Solicitud internacional PCT. Con esta solicitud puedes gestionar la protección en todos los países que forman parte del Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT, en inglés). Este proceso se divide en dos fases: primero, la internacional, donde recibes un informe de búsqueda y se publica la solicitud a los 18 meses, y después, la nacional, donde presentas la solicitud en cada país donde quieras protección, en un plazo máximo de 30 meses.

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Por su naturaleza

Esta categoría se enfoca en qué tan original es la invención. Separa lo que realmente supone un cambio importante de lo que simplemente mejora lo que ya existe. Según la abogada Diana Garrido se dividen en los siguientes tipos:

  • Patente de invención. Esta patente protege las invenciones que ofrecen una forma completamente nueva de resolver un problema. Es decir, inventos que rompen el molde y que aportan algo totalmente nuevo y que supone un avance real.
  • Patente de modelo de utilidad. También conocidas como pequeñas patentes o patentes de innovación. Cubre las mejoras o modificaciones a productos o procesos que ya existen. No tienen que ser invenciones revolucionarias, pero sí deben aportar un plus práctico que haga que algo funcione mejor.

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Por su objeto

Este tipo de patente se enfoca en qué se quiere proteger, ya sea el producto en sí o el método que se usa para crearlo. Se divide en:

  • Patente de producto. Protege el objeto final, el dispositivo o aparato que se ha desarrollado. En aquellas invenciones tangibles, que se pueden ver y usar, para que nadie copie su diseño o funcionalidad.
  • Patente de procedimiento. Cubre la forma en la que se lleva a cabo un proceso o método. No se mira el resultado final, sino cómo se consigue. Por ejemplo, las técnicas o pasos que mejoran la forma de producir algo o alcanzar un objetivo. .

Ejemplos de patentes

A lo largo de la historia de la humanidad hay inventos que han marcado un antes y un después, pero solamente los “más recientes” han quedado oficialmente patentados. Estos son algunos ejemplos de patentes que seguro conoces:

El teléfono de Alexander Graham Bell.

Aunque el teléfono de 1876 no tiene ni punto de comparación con los móviles de hoy en día, en su momento fue una revolución. Tanto que claramente tuvo que patentarlo, aunque tardó 18 años en demostrar la licitud de su patente, como explican desde el Museo Postal y Telegráfico.

La lámpara incandescente de Thomas Edison.

A pesar de las dudas de si fue su creador o no, Thomas Edison patentó la bombilla eléctrica de filamento incandescente en 1880. Esta invención sustituyó las lámparas de gas y velas, creando una fuente de luz segura, duradera y apta para uso doméstico.

El proceso de pasteurización de Louis Pasteur.

Ir al supermercado y coger los productos que necesitas es muy fácil. Y eso hay que agradecérselo a Pasteur, quien sentó las bases de la seguridad alimentaria moderna, cuando en 1865 patentó un proceso de conservar alimentos y bebidas mediante calor moderado en ausencia de aire.

Apple Face ID.

Como un ejemplo más reciente y que muchos usuarios tienen en el móvil, el reconocimiento facial de iPhone. Esta tecnología, que finalmente se otorgó a Apple, dejó atrás el Touch ID (reconocimiento de huellas dactilares) y mejoró la seguridad de los móviles, como explican desde Patently Apple.

Samsung y sus pantallas plegables.

Samsung ha patentado varias innovaciones relacionadas con las pantallas flexibles y los sistemas de bisagras. Y si una, dos o tres pantallas no son suficientes, Samsung está apostando por un smartphone cuádruple plegable de cuatro paneles conectados, siendo su patente más reciente de abril de 2025, como reseñan desde Xataka.

Ventajas de tener una patente

No es difícil pensar cuáles son los beneficios de las patentes para las empresas. Sin embargo, mencionamos algunas de ellas:

1| Exclusividad. Nadie más puede usar, copiar o vender dicho invento.

2| Seguridad. Si alguien intenta copiar el invento, hay herramientas legales para defenderlo.

3| Valor añadido. Una patente aumenta el valor de una empresa, ya que se convierte en un activo que puedes negociar o licenciar.

4| Expansión internacional. Con la protección de una patente, es más fácil entrar en nuevos mercados y atraer socios o inversores.

En relación con esta expansión internacional, Manuel Alcázar, docente en el Máster en Negocios Internacionales y Comercio Exterior, comenta a IFFE que la legislación de propiedad industrial es la más armonizada a nivel mundial. A su juicio, las empresas deben ser muy cuidadosas y tener protegida su propiedad para poder entrar a mercados internacionales y ser competitivos.

"Tiene que haber mucha seguridad jurídica para poder entrar y tienes que conocer muy bien esos derechos. Y no hay muchos especialistas, hay muy pocos máster como el de IFFE, que son capaces de dar esa visión de propiedad industrial e intelectual."

Sobre las patentes, destaca su importancia no solo a nivel internacional sino que “en el día a día puedes tener muchos problemas si no tienes tus derechos protegidos”, subraya Alcázar sobre la necesidad de que las empresas conozcan en profundidad estos derechos y sepan cómo actuar.

El proceso de solicitar una patente no siempre es fácil, y suele ser algo que hacen las grandes empresas. Pero cualquiera puede tener una idea innovadora que valga la pena proteger. Además, tener una patente no solo resguarda lo que has creado, sino que añade un plus al negocio, porque se convierte en un derecho intangible cuantificable.

Dibujo de libros con patentes y un mazo de juez