Estrategia empresarial en la era de la IA
Nuevas dinámicas competitivas que revolucionan los marcos estratégicos tradicionales.
Leticia Gómez Rivero
Consultora de negocio especialista en estrategia de IA en Minsait y docente del Máster en Liderazgo y Gestión Responsable de la IA
La estrategia es tan ancestral como la vida: desde el origen de los primeros organismos vivos, la competencia por recursos escasos, por protección contra depredadores y por el apareamiento ya requerían de cierta visión y planificación de forma individual o colectiva.
No obstante, los actos de supervivencia en sí (cazar, protegerse,…) apenas podrían considerarse estrategia.
«Para que exista la estrategia, es necesaria la posibilidad de una “contraofensa”,es decir, es necesario poder imaginar y evaluar posibles consecuencias de diferentes cursos de acción alternativos.»
Es lo que llamamos pensamiento de segundo orden, que históricamente vemos sofisticarse con la expansión militar, el desarrollo económico y comercial y, más recientemente, con el progreso tecnológico.
Corporaciones AI-driven
Sin embargo, hay ciertas analogías con la estrategia natural “ancestral” que se mantienen constantes en el tiempo. ¿Cómo se contemplan en las grandes corporaciones, ahora en transición hacia corporaciones AI-driven?
- Importancia de ser un first mover: es clave aprovechar las herramientas de vanguardia para identificar los nichos de oportunidad y entrar en sus mercados correspondientes.
- Redefinición de factores críticos en la escala: gracias a nuevas modalidades de servicio habilitadas por la IA, se altera la incidencia de factores como la distribución en la escala.
- Recursos demandados: se redefinen en este contexto, convergiendo en la demanda de información como recurso clave.
Estas son solo algunos de los numerosos factores que dan lugar a un nuevo enfoque de estrategia: el enfoque basado en activo digital sostenible.
El activo digital sostenible
El activo digital sostenible es un activo intangible que es único, irreplicable y reconvertible. En la era de la IA, la ventaja competitiva sostenible se construye sobre un activo digital sostenible.
La digitalización ha facilitado varios eventos. Por un lado, la mayor disponibilidad de una cantidad de información sobre el consumidor extraída de las interacciones digitales; por otro lado, el acceso por parte del consumidor a un mayor número de ofertas competidoras, que necesitan diferenciarse y direccionarse adecuadamente.
«En definitiva, la IA aumenta el dinamismo del entorno, de modo que el planteamiento estratégico evoluciona de un foco en mercado a un foco en activo.»
La hiperinformación del consumidor reduce su fidelidad, al tiempo que el progreso técnico hace que los productos queden obsoletos y sean reemplazados rápidamente por otros articulados en torno al dato, haciendo efímeros los mercados. Por esto, las empresas necesitan detectar su activo digital sostenible, e invertir en él para desarrollarlo y poder ponerlo en valor en diversos mercados.
Impactos de este enfoque en la estrategia
La conclusión es que los marcos estratégicos tradicionales no habían sido cuestionados hasta la irrupción de la IA. En este contexto, surgen nuevas maneras de enfocar la estrategia, que demandan a las empresas una nueva forma de enfocar su negocio.
«Este nuevo enfoque no requiere cambiar la estrategia, que es el ADN de la empresa, sino adaptarla y asegurar un plan estratégico coherente con las nuevas dinámicas competitivas.»
Marcos tradicionales como la matriz de Boston Consulting Group, los tres horizontes de McKinsey, el matriz de Ansoff,… permanecían inamovibles, mientras que el nuevo contexto requiere reconocer la volatilidad del entorno y la velocidad del cambio en la madurez de los mercados en estos esquemas.
No significa que los marcos estratégicos populares se vuelvan inservibles: solo evolucionan con esta realidad.
Esto implica que las empresas deben:
- Identificar este activo mediante un análisis interno y externo que alimente la reflexión estratégica.
- Contrastar la coherencia entre su estrategia tradicional y este activo.
- Potenciarlo evaluando las prácticas actuales e ideando las prácticas deseable.
- Ponerlo en valor detectando nichos de oportunidad y posibles alianzas.
El producto de esta reflexión, finalmente, debe reflejarse en el plan estratégico de la empresa bajo dos premisas:
- Respeto del ADN de la empresa; es decir, la estrategia original. De este modo, la estrategia basada en activo digital que volcaremos en el plan estratégico empresarial se basará en la misma metodología, ámbitos clave y propósitos.
- Reflexión de forma colaborativa sobre cómo la IA contribuye a los objetivos de esa estrategia, reflejados en el plan estratégico original. Deben definirse claramente las oportunidades de la IA a atrapar, la ventaja competitiva que esto favorecerá y las líneas de acción asociadas.
«El resultado es una estrategia empresarial que mantiene su esencia, pero se ve adaptada al contexto competitivo, reforzada por el progreso de IA y soportada por un plan estratégico que contempla esta realidad y la integra completamente en sus líneas de acción y objetivos.»
No hay duda de que la inteligencia artificial ya no es una mera herramienta; es una pieza clave de la estrategia de negocio y un potente habilitador de la competitividad en el contexto actual.