6 años de estrés global
La internacionalización empresarial y la economía mundial.
Al vivir en un sistema de total globalización, todo está conectado y, por tanto, los conflictos nunca son aislados y tampoco vienen solos.
Tal vez sea por el surgimiento de una necesidad imperiosa de cambio y progreso en cuestiones que hasta la actualidad permanecieron desatendidas y en «barbecho».
La gota que colma el vaso. De hecho lo estamos viendo.
Ya van 6 años en los que nuestro mundo se encuentra «patas arriba», caracterizado por una inestabilidad que se ha instaurado como constante en nuestro día a día, aunque seguramente es necesaria para que muchas cosas puedan cambiar y mejorar.
Pero, ¿En qué punto nos encontramos ahora? Quién mejor que Pablo López, Jefe de Servicio – Dpto. de Comercio Exterior en Cámara de Comercio de A Coruña y Director Académico de nuestro Máster en Negocios Internacionales y Comercio Exterior para ayudarnos a construir una visión general de todo lo que estamos viviendo y hacia dónde nos dirigimos.
En este sentido, nos comentó que lo que hace años veíamos como una serie de ventajas estratégicas, en estos momentos se está poniendo abiertamente en entredicho.
Si nos fijamos en algunos aspectos que están implicados en nuestra actual realidad, veremos que hasta la más mínima alteración en cualquier punto estratégico del globo puede ocasionar un problema a nivel mundial, lo que provocaría una sucesión en cadena de demoras, afectando estas a muchísimos sectores.
EVER GIVEN
Este fue uno de los casos clave relativos a logística y suministros donde, según Pablo, se produjo un punto de inflexión en la mayoría de los estados.
Se trataba de un portacontenedores gigante que encalló en el canal de Suez (Egipto) y que provocó un atasco inmenso que afectó a gran parte del transporte marítimo mundial.
Transcurrieron 6 días hasta lograr desencallarlo, suficientes para ocasionar pérdidas en facturación en empresas de diferentes países, incremento de precios de transporte e incluso paradas de producción.
Todo ello hizo preguntarnos, ¿Hasta qué punto la deslocalización de la industria es buena?
Bloques Occidente vs. Rusia-China
La realidad es que actualmente los países están trasladando su interés comercial a estados periféricos o aliados, para que sus propias decisiones políticas contra ciertos objetivos internacionales no influyan en el abastecimiento de importaciones estratégicas.
En este sentido, vemos numerosas evidencias como por ejemplo:
- Las operaciones geoestratégicas mundiales que realiza China y cómo estas influyen a nivel político y económico de los países más importantes del mundo.
- La compra masiva de deuda de países.
- La inversión en medios de comunicación extranjeros para crear un alto nivel de sesgo periodístico.
- El monopolio de los recursos naturales de países en desarrollo.
Como consecuencia de todo esto, se está produciendo una reordenación del mapa mundial en dos bloques económicos claramente diferenciados: Europa, Canadá, EE. UU, Australia y Nueva Zelanda por un lado y China, Rusia y sus aliados por otro.
La Energía
La adhesión de Crimea a Rusia en 2014 fue el hecho precedente de lo que terminó siendo este 2022 la guerra entre Ucrania y Rusia.
Ambos son países exportadores de energía, sobre todo de gas y petróleo, siendo el conflicto un agravante de la disponibilidad de estos recursos en Europa.
La solución a la dependencia energética de la UE fue la de apostar por las energías renovables como el hidrógeno verde.
Como desventaja, al ser un proyecto a medio-largo plazo, las consecuencias de la restricción de gas y crudo por parte de estos países en conflicto, ha dado lugar a una crisis energética.
A esta situación se le suma a otro factor clave: la relación diplomática que mantiene España con Marruecos y Argelia que depende, a su vez, del territorio del Sahara Occidental.
En función de lo que España decida en relación a quién debería ostentar la soberanía de este último territorio, puede repercutir en que Argelia aumente los precios del gas que suministra a nuestro país, creando picos altísimos en los costes y, por ende, afectando a nuestra política energética y monetaria.
¿Futuro?
La conclusión de Pablo fue que en gran medida es imposible revertir la globalización pero que, sin duda, los países realizarán mayores inversiones en I+D para no tener que depender tecnológicamente de ningún otro.
Así, tanto la industria aeroespacial con los UAV o el desarrollo del 5G, la búsqueda por la no dependencia de las energías fósiles, el desarrollo de alimentos de origen no animal y la fabricación de microchips serán factores clave para el desarrollo de las próximas potencias mundiales, o el mantenimiento de estas.