Ha pasado ya una década y es tiempo de mirar hacia atrás sin ira. Como bien dice el acervo cultural popular, “no hay mal que cien años dure”. Eso sí, obligado es reconocerlo, han sido años difíciles, plagados de situaciones complejas, con numerosas restricciones y, por qué no decirlo, también con mucho trabajo realizado, la exigencia de una gran dedicación y un constante esfuerzo mantenido y tozudamente enconado.
Pero el ánimo debe seguir intacto cuando se tiene el objetivo claro y se mantiene la sensación real de haberse convertido en partícipes de un gran proyecto, una iniciativa novedosa, incluso disruptiva que pretende mejorar nuestro mundo, tanto el cercano como el más amplio, a través de actuaciones que favorezcan la consecución de objetivos sociales y humanos.
La crisis nos ha vuelto mejores, seguro. Quizás, porque el ser humano es complejo y sorprendente, lo acontecido no suponga un aprendizaje completo de todo lo que no debiéramos repetir en el futuro. Pero, también como característica absolutamente intrínseca a nuestra humanidad, nos hace más fuertes, obligadamente, más cautos y, por qué no, más sabios.
Si tomamos el lema olímpico por antonomasia como referencia, todo lo sucedido estos años de dura entrega, nos hace concebir un horizonte alentador y esperanzado. “Citius, Altius, Fortius”, esto es, más rápido, más alto, más fuerte. Esfuerzo, perseverancia y una cierta tozudez en la férrea convicción de poder alcanzar los objetivos, siempre legítimos, que nos hayamos propuesto.
En IFFE Business School, en las Escuelas que la conforman, IFFE Management School, IFFE Tech School e IFFE Health School, estamos totalmente convencidos de que el esfuerzo y la perseverancia son las raíces de los sueños posibles así como de las convicciones profundas. Nuestro vehículo es, por supuesto, el abanico de opciones que nos ofrece la formación como medio de mejora personal y profesional. Somos el fruto de lo que vamos haciendo, de lo que ya fuimos, pero, sobre todo, de lo que el futuro, siempre construible, nos deparará. Dueños de nuestro destino, trenzamos nuestro horizonte con los mimbres que nos aportan el pasado y el presente.
Después de una época convulsa viene la calma reparadora que deberá estar presidida por lo que nos gusta denominar como un optimismo inteligente, esa mantenida sonrisa que nos permite estar seguros de que la vida siempre nos ofrecerá nuevas oportunidades.
Desde IFFE Business School vemos el presente y el futuro con un ilusionado optimismo. Síntomas de mejora se ofrecen de manera inopinada en modo constante: la economía aumenta, el empleo crece, las empresas se recuperan para resultar más competitivas, el ánimo se expande; en resumen, como mínimo hoy estamos mejor que ayer.
Fruto de esta visión ilusionada y esperanzada, sostenida por una clara vocación de servicio a la sociedad, a las empresas y al alumnado, nacieron nuestras Escuelas dedicadas a la Tecnología y a la Salud, imagen de un decidido interés por la actualidad. Continuaremos creciendo y cual táctica de buhonero, poniendo a disposición todas aquellas iniciativas que resulten de interés para el tejido empresarial gallego, español e internacional. Y en este año 2018 ya comenzado los ámbitos de la ciencia, el arte así como el deporte y el entretenimiento también tendrán cabida en nuestra oferta formativa. Atentos a la pantalla, seguiremos informando…
Manuel Carneiro Caneda. Director General de IFFE Business School