La fórmula de los más ricos para seguir ganando dinero
Cuando mi limpiabotas invierte en Bolsa, yo lo vendo todo». La frase se le atribuye al mismísimo John D. Rockefeller, o al también multimillonario Joe Kennedy, padre del célebre presidente de EE UU, en los meses previos al crac de 1929. Sea cual sea su autor, en un momento en que en las tertulias de bar se cita la clasificación de las primas de riesgo europeas como si se tratara de los resultados de la liga de fútbol, las grandes fortunas parecen haber recuperado la moraleja de la cita. Si el estallido de la crisis financiera en 2008 llevó a los ricos a redirigir su dinero hacia activos más seguros, la tormenta soberana ha puesto en duda la fortaleza de uno de sus grandes refugios: la deuda pública. Ahora llama la atención el renovado interés por los depósitos, todo un indicio de la desconfianza reinante, si bien se buscan también otras soluciones con algo más de atractivo. Mientras Europa se asoma al abismo, los más ricos entre los inversores han optado por diversificar sus carteras hacia otras inversiones y divisas que les permitan dormir más tranquilos la larga noche en la que permanece la eurozona.
1.- Salirse del euro.
La moneda comunitaria ha encajado con envidiable fortaleza los tremendos vaivenes políticos y financieros a los que ha sido sometida en los últimos meses. Aunque algunos analistas apuntan a que se debe a las estrategias de devaluación de sus divisas impulsadas por EE UU o China -para beneficiar sus exportaciones- el caso es que el euro aguantaba el viernes en los 1,355 dólares. El descalabro soberano, sin embargo, la amenaza de nuevos rescates o la posibilidad misma de que algún Estado quede fuera de la eurozona y ponga en jaque el conjunto del proyecto comunitario, han puesto en alerta a las grandes fortunas, que están sacando sus inversiones de la moneda europea. «Aunque la mayor parte de las inversiones continúa estando en euros, últimamente ha aumentado mucho la diversificación a otras divisas», advierte Ana Figaredo, consejera delegada en España del grupo Lombard Odier, los banqueros privados más antiguos de Ginebra, cuya especialidad es la gestión de las finanzas de grandes patrimonios. «Dólares, francos suizos, coronas noruegas y suecas más recientemente, y cada vez más las de países emergentes», detalla Figaredo, se han convertido en la nuevas monedas de peso en las carteras de los más ricos. «Y no solo a la hora de comprar divisas, sino también en el caso de inversiones que se realizan en otras monedas», apuntan desde la entidad suiza.
El director de estrategias de mercado de Banca March, Miguel Ángel García, apuesta decididamente por el dólar: «Es mu
y importante para nosotros. Consideramos que el tipo de cambio del dólar y el euro no tiene sentido. El dólar está demasiado débil. A corto plazo, tendría que tender a un cambio más próximo a 1,3 dólares por euro y, a medio plazo, hacia una paridad en el entorno de 1,15-1,20 euros».
2.- Selectivos en bonos públicos.
La aversión que empieza a generar el euro nace de la crisis de deuda pública de sus países, que han pasado de ser uno de los activos más seguros a un valor estigmatizado. «En bonos europeos, los clientes están optando por limitarse a los de países refugio, pero cada vez son menos», avanzan desde Lombard Odier. «Hoy se limitan prácticamente a Alemania y Holanda», continúan. Sin embargo, el hecho de que los bonos alemanes hayan llegado a cotizar en negativo, lo que equivale a que el inversor pague al país por endeudarse, hace pensar a Figaredo que «se está creando una burbuja entorno a los activos más defensivos, que no se compran en función de criterios racionales de rentabilidad, sino solo como refugio».
Por eso, expone, algunas fortunas están conformando «una cartera fija en deuda pública de países sólidos en balance y situados en mercados emergentes, como los asiáticos». Para José Pons, director de Productos de Citibank España, la clave está en la comercialización de productos que distribuyen cupones. «Los clientes buscan ahora rentas periódicas, sin importar que les penalice fiscalmente más que otras opciones», asevera. Abriendo el campo a la renta fija en general, expone Pons, los títulos de grandes empresas de países emergentes están teniendo muy buenos resultados.
3.-La oportunidad de las letras.
No obstante, la huida en masa hacia los bonos públicos considerados más seguros, Alemania y EE UU, ha generado distorsiones que parte del sector considera una gran oportunidad. «Está muy claro que a corto plazo merece mucho la pena invertir en letras españolas al 5%. Pagan por encima de un depósito y el cliente está mucho más seguro», asegura Ignacio Dolz, de N+1. Para los escépticos, el experto aporta una explicación: «Santander y BBVA tienen cada uno 45.000 millones de euros en deuda pública española. Solo con que hubiera un default del 10% en la deuda española, estos bancos se verían obligados a provisionar unos 5.000 millones cada uno.
Está claro que compensa mucho más una letra que un depósito. Eso sí, el cliente debe entender que la letra cotiza y que puede perder dinero si la vende antes de vencimiento. Pero, en realidad, en un depósito ocurre algo parecido si se cancela antes de tiempo», concluye Dolz.
N+1 apuesta por deuda pública española con una duración entre tres y cuatro años y también por renta fija francesa. «Es un absurdo que Italia pague más que países como Lituania, Marruecos o Egipto», advierte Dolz. El riesgo que acarrea esta inversión depende ya de la confianza que se tenga en el futuro de la eurozona. March Gestión, la gestora de fondos de inversión de Banca March, por ejemplo, concede una nota negativa a toda la renta fija que mantendrá mientras no se tranquilicen los mercados, pero matiza que el papel del Tesoro español sigue siendo atractivo. «El extremo pesimismo derivado de las enormes dificultades para encontrar una solución definitiva a la crisis griega genera extraordinarias oportunidades, lo que hace especialmente recomendable la inversión en deuda pública española y en emisiones de deuda bancaria», coinciden desde Banca Privada de La Caixa.
Los analistas de Bankinter, por su parte, sobreponderan EE UU y Alemania como zonas geográficas, pero invitan a buscar el high yield en renta fija. «Pese a la fuerte inestabilidad de los mercados financieros, nosotros tenemos una recomendación positiva para la deuda pública española», señala Miguel Ángel Luna, director general de Banca Privada de Banco Popular. «Vemos valor en emisor español de alta calidad crediticia y con una duración a tres años. Así, Tesoro español, agencias estatales (FROB, FADE, ICO…), deuda bancaria avalada y cédulas hipotecarias en plazos 2014 y 2015, ofrecen rentabilidades muy atractivas», expone Luna, enumerando algunos de los valores que incluye PBP Cartera Premium, un producto que comercializan a 36 meses y que se prevé que arroje una rentabilidad de entre el 4,5% y el 5%.
4.- Oro.
El cambio de tendencia experimentado por las grandes rentas, que antes de la crisis se prestaban con facilidad a inversiones de riesgo con altas rentabilidades, reluce especialmente en el interés despertado por los metales preciosos. La estrella en este campo es el oro, tradicional refugio en tiempos de turbulencias, que alcanzó su máximo histórico a comienzos de septiembre en los 1.900,23 dólares la onza. Desde ETF Securities exponen que a partir de ahí se impusieron las ventas, hasta los 1.600 dólares, para «cubrir las pérdidas de otro tipo de activos». La nueva oleada de preocupación que ha recorrido el Viejo Continente ha vuelto a atraer la atención de los inversores sobre el metal dorado, en el que la inversión mayoritaria está llegando por la vía de los ETP (Exchange-Traded Products) con respaldo físico de la inversión, que es una de las opciones más seguras.
5.- Hay vida en la Bolsa.
Los números rojos de la Bolsa no dejan de copar titulares constantemente. Pero no se puede olvidar que no hay activos más líquidos que los valores bursátiles. Los grandes valores bursátiles tienen siempre comprador y ese es un elemento que debe considerar todo inversor. En cualquier caso, la situación actual está generando oportunidades que no pasan desapercibidas para los especialistas. «Hoy creemos que la renta variable está ciertamente barata. Todo depende del riesgo que quiera asumir el inversor, pero consideramos interesante estar en renta variable con baja volatilidad», explica Luis Sánchez de Lamadrid, director general de Pictet Wealth Management. «Se trata de apostar por sectores defensivos y con poco riesgo», añade Lamadrid. Desde N+1 se recomienda buscar valores que estén en sectores de consumo estable, como las empresas de alimentación, empresas cíclicas y de telecomunicaciones. Otro consejo es entrar en empresas tecnológicas americanas sin complicarse demasiado la vida, basta con pensar en empresas de renombre mundial como Microsoft, Apple, Intel o Cisco. Empresas fuertes en crecimiento y que no están de moda.
6.- Inmuebles.
España sufre un fuerte castigo en el sector inmobiliario, pero en otros países hay oportunidades relevantes de inversión en ladrillo. Eso es lo que busca la división de N+1 Real Estate Asset Management, que a través de los fondos Alpina I y II ha canalizado la inversión de sus clientes hacia el mercado alemán de oficinas. En tres años y medio, N+1 ha invertido 500 millones en inmuebles para oficinas en las ciudades más importantes de Alemania, como Berlín, Fráncfort o Múnich. Eso sí, la clave de toda inversión es entender el riesgo que conlleva y ser capaz de asumirlo.
Fuente: www.cincodias.com