La crisis sanitaria por el Covid-19 nos cogió totalmente desprevenidos golpeando al mundo entero. Nunca hubiésemos imaginado que algo así haría que nuestra vida se parase en seco y, con ello, toda la actividad económica y comercial mundial, pero así fue. Lo que está claro es que está resultando ser un gran ejercicio de resiliencia y apertura hacia nuevas formas de concebir y gestionar nuestra realidad.
Sergio Prieto López es Consejero para Asuntos Comerciales, Representante Permanente de España ante Naciones Unidas y la OMC en Ginebra y, además, docente recurrente de nuestro Máster en Negocios Internacionales y Comercio Exterior. Nos interesaba mucho hablar con él porque, aunque todos los sectores de la economía fueron duramente golpeados por la pandemia, el comercio internacional fue uno de los primeros en sufrir las consecuencias tras entrar en estado de alarma y el cierre de fronteras, alcanzando cifras negativas nunca vistas.
En este sentido, Sergio quiso dejar claro que no nos encontramos ante una crisis económica como la del 2007/2008 provocado por la burbuja inmobiliaria, la caída de Lehman Brothers, etc.; sino que se trata de una situación derivada de una crisis de salud pública que ha forzado a que la actividad hiciese un parón temporal para contenerla.
De hecho, hasta la aparición de la pandemia, el comercio internacional estaba funcionando (muy bien) y, por eso, las previsiones son positivas en cuanto a su recuperación. Y <<por ahora, las previsiones se están cumpliendo>> .
También hay que tener en cuenta que, muy al contrario de la percepción interna que tenemos de nuestra industria y productos, la Marca España es altamente valorada en los mercados internacionales. Sergio nos contaba que tenemos que sentir orgullo, ya que el producto español es considerado como producto «gourmet» y de gran calidad en múltiples sectores. Esto coloca a las empresas españolas en una posición muy ventajosa, y les proporciona una valiosa oportunidad para expandirse y asentarse en los mercados extranjeros.
Sin embargo, llama la atención conocer que de las 210.000 empresas exportadoras que existen en España tan sólo unas 51.000 son empresas regulares en esta materia, es decir, que llevan exportando en un mismo mercado durante más de 3 años. Entonces ¿Qué pasa con las 155.000 empresas restantes? ¿Por qué está sucediendo esto?
“La gran mayoría de pymes exportadoras son “micropymes”, es decir, empresas que no tienen más de 10 empleados y que, por tanto, no pueden afrontar un proceso de exportación a un país lejano.”
Esto es así, porque tienen una estructura empresarial pequeña, no pueden asumir generalmente los gastos que implica un proceso de exportación a un país lejano y, además, no suelen disponer de un perfil profesional especializado en esta materia en sus plantillas.
Sergio nos explicó que ante todo es importante crecer internamente y/o digitalizarse para después poder afrontar más fácilmente la internacionalización. <<Tiene que ser un proceso progresivo>>.– Nos contaba. De hecho, el gran aliado para sortear las consecuencias del confinamiento y de las restricciones ha sido precisamente la digitalización de las compañías, un proceso de implementación relativamente rápida que les ha permitido poder mantener activa su actividad y, así, sobrevivir.
Hoy en día, tener presencia en internet y apostar por el eCommerce se considera cada vez más imprescindible si quieres que tu empresa se posicione y prospere en cualquier mercado. Si no estás en internet, no existes.
Por otro lado, también está la circunstancia de que existen compañías españolas que exportan pero que se acomodan en los países de la Unión Europea, por las facilidades que ofrece el estar dentro de la Comunidad Económica Europea (CEE). Al estar en un mercado comunitario en el que hay una libre circulación de mercancías, es muy fácil vender desde España a cualquier país de la zona Euro porque tienes una moneda común con la que te evitas el cambio de divisa y sus fluctuaciones, la mayoría de los riesgos desaparecen, sueles poder contar con una red de transportes que tardan una media de 2 ó 3 días porque no existen aduanas y no pagas aranceles y, en definitiva, es prácticamente muy directo. No obstante, es una moneda de doble cara:
“Muchas empresas exportadoras españolas se acomodan en la Unión Europea, y aunque eso está muy bien porque al final exportas y vendes en mercados exteriores, puede traer consecuencias no tan positivas a largo plazo porque limita la expansión y el crecimiento de las empresas ya que dificulta la diversificación de las exportaciones.”
Es por estos motivos que España lleva trabajando con las empresas españolas desde el 2017, implementando su estrategia de internacionalización desde el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. A partir de detectar aquellas debilidades que teníamos como país a nivel de comercio internacional asesoran y ayudan a las compañías a afrontar los retos de ir a mercados terceros. <<Hay que pensar que hay mercados más allá de la Unión Europea y que existe todo un mundo nuevo que se abre, lleno de posibilidades y donde existen muchas oportunidades de negocio. Mercados en los que tenemos que estar>>. Os dejamos la entrevista completa. ?
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