Los medios de comunicación ya han conseguido que “Big Data” se asocie a la existencia de un volumen ingente y creciente de datos generado por la digitalización acelerada de la sociedad actual, bien sea vinculado a las capacidades de los teléfonos inteligentes y su imbricación, cada vez más intensa y natural, en el día a día de las personas o a las comunicaciones entre activos y dispositivos en el marco del Internet de las cosas. Pero los datos, por muchos que sean, sólo son una parte de este tinglado. Hay otro componente que posibilita que este tsunami se active, y cada vez con mayor velocidad: la capacidad de la tecnología de procesar todos esos datos.
Jeffrey Needham en un magnífico libro, Disruptive Possibilities: How Big Data changes everything, llama la atención sobre la equivalencia entre el Big Data y High Performance Computing comercial o supercomputación comercial. En ambos casos tenemos grandes capacidades de cálculo, pero Big Data tiene menos que ver con ecuaciones y más con el descubrimiento de patrones. Las compañías de Internet necesitaron procesar cada vez más y más datos y lo hicieron con tecnologías existentes, baratas y escalables que, si bien ya habían sido utilizadas con anterioridad, en el marco de Internet y de estos nuevos retos, eclosionaron espectacularmente, habilitando posibilidades inimaginables hasta hace muy poco, y disparando este tsunami que supone el Big Data.
Tratando de tener alguna referencia sobre cuán extendida está la utilización de capacidades analíticas entre las empresas y corporaciones, nos apoyaremos en los estudios y encuestas que desarrolla el IBM Institute for Business Value – IBM IBV- que, en trabajos periódicos de campo, se preocupa de identificar las principales inquietudes y preocupaciones de los dirigentes de corporaciones líderes a nivel mundial, muy expuestas a las dinámicas del mercado y que adoptan iniciativas propias de su posición de liderazgo en sus respectivos sectores y mercados. En el estudio dedicado a la adopción de capacidades analíticas, en su séptimo año, desarrollada en el año 2.015 entre 1.226 participantes constata resultados muy relevante. El 95% de los participantes concluyen que dichas capacidades son imprescindibles para estar a la altura de su competencia o para superarla. El 71% de los mismos ya han extendido esas técnicas a 3 o más áreas dentro de su organización, cuando este porcentaje era solamente del 10% un año antes. El ámbito de entrada habitual suele ser el relacionado con el conocimiento del cliente y el incremento del revenue, pero ya se ha extendido a otros entornos buscando la eficiencia operativa o la gestión de riesgos. Los pioneros ya incorporan el análisis de datos externos para ‘poner contexto’ en la toma de decisiones, tanto operativas como estratégicas.
En definitiva, los modelos de negocio de las empresas en la actualidad están evolucionando hacia ecosistemas en los que se integran proveedores y clientes y donde la moneda de cambio son los datos y la información. Las empresas están obligadas a tener procesar todos esos datos con el fin de tener un conocimiento claro de lo que ocurre en su ecosistema, buscando siempre tomar decisiones de un modo más informado y, cada vez, menos intuitivo. Estos cambios ya están aquí, son imparables y se llevarán por delante a todas aquellas organizaciones que no se preparen para sobrevivir en este nuevo entorno.
Máster en Big Data y Analítica de Negocio