“Estamos presenciando el asentamiento de un ecosistema tecnológico muy sólido en Galicia que presagia unos años muy fructíferos.”
En este momento ¿Cómo ve la situación de las empresas gallegas desde la privilegiada atalaya de su experiencia empresarial y directiva?
Una expresión que ha ganado arraigo en nuestra sociedad, en estos últimos años, es resiliencia y Galicia es un claro ejemplo de aplicabilidad de este término. Además de los grandes líderes, la empresa tradicional ha puesto en marcha mecanismos e iniciativas de modernización para ganar productividad y eficiencia en línea con sus competidores, al tiempo que ha surgido un ecosistema de start ups y pymes, con un componente innovador muy fuerte, y que actúan como catalizadores a la hora de aplicar la innovación tecnológica a la industria tradicional.
En definitiva, las transformaciones acometidas en el tejido empresarial gallego y el dinamismo exhibido proporcionan una dosis adicional de confianza ante los retos que se perciben en el horizonte.
¿Qué impacto tiene en este momento el sector de la tecnología en Galicia?
La evolución de la sociedad, en general, hace que la tecnología sea un commodity, una utilidad o capacidad, tan relevante, que sin ella estés fuera del mercado de forma inmediata. La tecnología y, en especial la tecnología de la información siempre fue muy relevante a la hora de ganar eficiencia en los procesos en general. En la sociedad actual, la tecnología invade todos los aspectos de nuestro día a día en cualquiera de los roles que podamos adoptar y en cualquiera de los eslabones de la cadena de valor en el que podamos actuar. Eso se traduce en que las empresas están obligadas a interactuar, soportar, colaborar y trabajar con todos sus proveedores, colaboradores, socios o clientes, como mínimo, al mismo nivel tecnológico que ellos, lo que tiene dos consecuencias, por una parte, se eleva el nivel tecnológico de las empresas, al tiempo que se ‘invisibiliza’ ya que se tiene que integrar en las capacidades core de la misma.
¿Cuáles son las tendencias más actuales en materia de innovación tecnológica?
Innovación es una palabra con un amplio espectro, pero, si nos centramos un poco en aquellas innovaciones que todos deberemos seguir porque nos van a afectar en nuestro día a día, yo destacaría todas las relativas a las comunicaciones y adopción más generalizada del 5G, las evoluciones y mejoras en las posibilidades de la inteligencia artificial y la mayor adopción de blockchain. Me gustaría destacar que nada de esto es aislado. La innovación tecnológica tiene mucho de proceso coral, en el que la evolución de partes – capacidad de cómputo, tecnología de software, nuevas tecnologías para el proceso de la información, etc.- tiene un efecto colectivo dando lugar a unas sinergias y a unos resultados espectaculares.
Desde su perspectiva como empresa de prestación de servicios tecnológicos, ¿cuáles son las demandas en tecnología más importantes de las empresas gallegas?
Si bien es cierto que todavía tiene relevancia la adopción de soluciones más tradicionales, que se engloban en el ámbito de los ERPs y similares, las campañas institucionales alrededor de la Industria 4.0 (IoT) y la creciente complejidad de los mercados en los que participan las empresas gallegas han provocado una demanda creciente de servicios y soluciones relacionados con la optimización de procesos industriales, así como de las capacidades analíticas, en general, de la empresa.
La complejidad del día a día requiere una toma de decisiones muy informadas, basada en datos y no intuiciones y a las que hay que llegar pasando por cantidades ingentes de datos de diferentes orígenes.
Con la llegada del modelo denominado de Industria 4.0 se habla de una revolución en la concepción de la tecnología aplicada. ¿Serán de tanto calado los cambios?
No tengo claro que podamos ver los límites de la aplicabilidad. La combinación, insisto en coral, de las tecnologías involucradas en Industria 4.0 están evidenciando semejantes sinergias que hacen posible dar respuesta a nuevos retos y posibilitan logros imposibles hasta la fecha. La impresión 3D, el proceso de imágenes, realidad aumentada, el desarrollo y nuevas posibilidades de los sensores y la integración de todo ello con la robótica ya está proporcionando posibilidades hasta ahora inimaginables en la industria fabril.
Si, además, tenemos en cuenta que nuestras empresas tienen que competir en un entorno global muy interconectado, es fácil concluir que la adopción de estas tecnologías se verá acelerada.
Usted es un reconocido experto en tecnología aplicada a la empresa Por ello, ¿cuáles creen que son las claves para una empresa crezca y se mantenga?
Me atrevería a decir que las estrategias que las empresas pueden adoptar en su gestión y crecimiento no difieren mucho de las tradicionales. Lo que añade la tecnología es una fuente de nuevas oportunidades de negocio y también el riesgo de nuevas volubilidades ante los cambios. Entre las claves, yo destacaría la necesidad de una cultura empresarial muy abierta y atenta a los impactos que puede tener la tecnología en cualquier etapa de su cadena de valor. La propia evolución de las tecnologías de la información ha contribuido enormemente a democratizar el acceso a sus posibilidades, pero es necesario madurar en el cambio cultural de nuestras empresas para abrirse a su utilización sin recelos. Afortunadamente, la adopción de las soluciones en la nube se va extendiendo, pero aún se ven recelos, especialmente cuando se trata de explotar en la nube datos propios.
Para conseguir estos cambios es fundamental la incorporación de profesionales con los conocimientos y las habilidades adecuadas para identificar el mejor aprovechamiento de estas innovaciones y de todos los datos que se generan con su uso.
En su anterior faceta como directivo de una multinacional, ¿Qué retos abordan en este momento las empresas trasnacionales?
Las empresas multinacionales se han caracterizado por una enorme agilidad a la hora de adaptarse a las distintas circunstancias inherentes a las diferentes geografías en las que operan. Esto seguirá siendo así, si bien las dificultades se han incrementado. No es posible salir adelante si, además de gestionar las turbulencias geopolíticas que irrumpen con frecuencia en el tablero mundial, no se desarrolla una sensibilidad importante a los aspectos sociales como pueden ser el medio ambiente o las desigualdades económicas.
Parece que comienzan a aparecer conatos de parón o de recesión económica. ¿Cómo ve los dos próximos años, hasta el 2022?
Creo que serán años complicados en los que las habilidades y flexibilidades adquiridas en estos últimos años de recuperación de la crisis, nos servirán de base para aumentar la resiliencia.
Personalmente, el mayor problema lo veo en las perspectivas socio políticas de nuestro entorno. Una vez se termine de clarificar la incertidumbre política, una mayor tranquilidad permitirá una mejor acción por parte de los agentes económicos que permita superar esta posible situación de parón que auguran los expertos. Europa va a atravesar escenarios novedosos que pueden condicionar fuertemente el comportamiento de los consumidores. Creo que la política va a ser muy relevante en este período.