Los monitores del Outdoor Training, Manuel Martínez y Eduardo Guillén hablan de la actividad y de cómo la acogieron los alumnos de los programas Máster de IFFE en Oleiros (A Coruña).
¿Cuáles son las claves del éxito del Outdoor Training?
Las claves residen en el componente lúdico y tremendamente socializador de la actividad. Suele ser éste el aspecto que más valoran los alumnos al principio, cuando se encuentran con las primeras dinámicas y juegos. Sin embargo a medida que vamos avanzando en la actividad, y sobre todo en las sesiones de feedback sobre los diferentes comportamientos observados, se dan cuenta del impacto tan grande que tiene la herramienta para analizar y desarrollar las diferentes capacidades y competencias directivas, y que en este caso es lo que buscamos.
¿Cómo afrontaron la actividad los alumnos de IFFE?
La actitud inicial siempre es buena… expectantes diríamos nosotros, con mucha ilusión y con muchas ganas de empezar. En el caso puntual de los alumnos de IFFE podemos resaltar en comparación con otros grupos con los que trabajamos, el alto nivel de cohesión y espíritu de equipo que hemos podido constatar durante todas sesiones, al tiempo que han mantenido un espíritu competitivo muy intenso en toda la actividad. Ciertamente son grupos con los que da gusto trabajar, pues la involucración es total. Nos lo ponen ciertamente muy fácil.
¿Es positivo para la actividad que participen personas de diferentes perfiles profesionales?
¡Sin duda! Hoy por hoy el trabajo de las empresas cada vez es más complejo, y ello requiere que los puntos de vista necesarios cada vez sean más diversos. El hecho de poder contar con esta multidisciplinariedad tanto en la vida empresarial, como en este caso en las dinámicas propuestas, facilita el trabajo a realizar y permite aprovechar las ventajas y capacidades de cada uno, generando con ello importantes sinergias. Y no solo nos referimos a la profesión de cada uno, sino también por supuesto a las habilidades personales de cada uno, donde también es bueno contar con esa misma diversidad, sin duda enriquece el trabajo en equipo.
¿Consideran que estas sinergias son positivas tanto a nivel de comunicación como para adquirir inteligencia emocional para los alumnos?
Podríamos decir que imprescindibles. El trabajo en solitario es generalmente monótono, aburrido, y muy deficiente a la hora de recibir algún tipo de retroalimentación. Lo mismo ocurre cuando nos encontramos con grupos de perfiles profesionales similares, pues generalmente ello conlleva conductas muy uniformes y vicios adquiridos comunes a la hora de hacer las cosas, lo que dificulta sin duda el poder observar soluciones innovadoras, o comportamientos más divergentes con lo que uno está acostumbrado a ver en su campo. Es precisamente la diversidad lo que nos permite encontrar conductas novedosas, habilidades diferentes a las nuestras, capacidades distintas, y con ello, establecer ciertas comparativas sobre los puntos fuertes y los puntos débiles de cada uno.
¿Consideran las instalaciones de IFFE apropiadas para este tipo de actividades?
El entorno es incomparable, y nos ofrece muchas posibilidades a la hora de diseñar y poner en práctica los juegos y las dinámicas. Es importante que en este tipo de actividades podamos desconectar, en la medida de lo posible, de las rutinas del día a día que tanto nos encorsetan y condicionan, por lo que entornos como este nos facilitan enormemente esa “desconexión”.
¿Hay muchas empresas en Galicia que incluyen este tipo de formación entre las personas que conforman la compañía?
Somos conscientes de que todas las innovaciones suelen necesitar tiempo para consolidarse como dinámicas habituales en el día a día de las empresas. Y ciertamente la apuesta por estos métodos todavía es algo innovador para muchas organizaciones. Además creemos en muchos casos que se ha dejado de mano la parte formativa y de desarrollo personal y profesional, por un excesivo protagonismo de la actividad lúdica o incluso deportiva. A veces cuando planteas una actividad formativa en régimen de Outdoor Training a una empresa, enseguida te dicen “… ahhh es eso del paintball!” Ciertamente el complemento formativo es lo que redunda en un impacto elevado a la hora de potenciar el desarrollo personal, profesional, y con ello el de la propia empresa.
¿Son diferentes los programas según el tipo de empresa de que se trate?
Efectivamente, cada cliente propone por lo general unas ideas básicas sobre lo que pretende o lo que busca, y a partir de ahí solemos diseñar un programa formativo a medida, centrándonos en aquellas habilidades u objetivos que nos hayan trasladado. Son pues, muchas las competencias que trabajamos con los equipos, desde la planificación y la toma de decisiones, hasta la gestión del tiempo, liderazgo, trabajo en equipo, habilidades comunicativas, motivación, etc. Según donde se pretenda poner el énfasis, el diseño del programa oscila entre unas y otras actividades.
También hemos tenido ocasión de realizar este tipo de actividades en procesos de selección para diversos puestos directivos y mandos intermedios, donde lo que se buscan son perfiles con unas competencias muy determinadas. La evaluación de las mismas es fundamental en estos casos, pues son cuestiones difíciles de contrastar en un CV o incluso en una entrevista de trabajo. Al trabajar bajo presión, o en entornos a los que no estamos tan acostumbrados, nuestro comportamiento suele ser más natural que en una entrevista de trabajo, por lo que es difícil mantener una imagen que no concuerda con la realidad y también ocurre a la inversa, pues nos permite muchas veces identificar a personas con talentos y habilidades que a veces quedan ocultas por las rutinas propias día a día.
¿Cómo se realiza el seguimiento posterior para evaluar el impacto de la formación?
El impacto de la formación lo percibimos directamente en cada persona. Lo importante son cada uno de los participantes en estas actividades, y es precisamente en ellos en quiénes nos centramos.